lunes, 27 de abril de 2015

Esta cuesta me supera

El Sur para los que vivimos en la Sierra como que tiene un punto de lejanía extra, pero por otro lado quería conocer desde hace tiempo la zona de Aranjuez, y claro, la ecuación queda cuadrada si además nos vamos a encontrar con amigos y conocer gente nueva.

Alfonso, Ana, Carla, David, Nuria, Oscar, Paloma y un servidor formábamos el pelotón del día. Habíamos quedado en el Palacio de Aranjuez y allí llegamos todos más o menos puntuales. Tras las presentaciones iniciales y algunos ajustes de frenos por parte del presi y con el control de calidad de Davinchi iniciamos la marcha.

A las puertas del Palacio 
Salimos de Aranjuez buscando la Vereda de Ontígola, con pronunciadas cuestas ya antes de abandonar la zona urbanizada y tras entrar en los caminos, no obstante se dejan subir ante la frescura de nuestras piernas ¡No se admiten comentarios sobre esta afirmación!

Aquí me pidió el presi que le pintara un casco, pero no tengo programa de edición ¡¡Sorry!!
Ahora tenemos un descanso de unos 5 km. por llanos, que junto con los anchos caminos por los que rodamos y la temperatura del día invitan a ir charlando plácidamente con unos y otros. Los paisajes son aquí muy distintos a los que nos tiene acostumbrados la Sierra, pero simplemente eso: diferentes. Tiene también su encanto.

Rodando por el Camino de Valdelascasas
Ahora llegamos al primer gran reto de la ruta: la Cuesta del Viso y se nota que las salidas me van curtiendo poco a poco, aún así tengo que parar a oxigenarme algo, pero arranco de nuevo y llego hasta arriba, allí esta Alfonso esperando, parece que la a subido del tirón, aunque... ¡Alfonso, como te dije no puedo afirmarlo por que la cuesta tenía peralte y te perdí de vista, por lo que no sé si te pararías o no a tomar un extra de aire!

Una vez arriba tenemos un rato para recuperarnos por lo que sería un camino más o menos llano y muy ancho.

Los caminos llanos tienen un estado formidable
Esta parte del camino la disfruto bastante, es tranquila y aprovecho para sacarle a Davinchi toda la información que puedo de mi destino para este verano... ¡David, casi parece que he estado allí, reconozco la mayoría de los sitios! Recuerda que tienes que decirme donde esta esa cueva con baño termal en el interior.

Ahora toca cambiar de escenarios y empezamos a recorrer algún que otro sendero estrecho y juguetón que nos pide negociar con las manetas de freno la velocidad acertada.

Además de los frenos hay que negociar también con la dirección.
Claro que, estando en una ruta circular, todo lo que se baja se sube, y ahora nos toca la Cuesta del Azúcar y, además de parar, empujo en su tramo final: Aquí si que vi al Presi llegar hasta arriba del tirón ¡A quitarse el sombrero toca!

Durante el resto del camino hasta el pueblo de Ontígola se va demandando ya la parada. Nos hemos ganado un avituallamiento en condiciones y entramos en el pueblo en busca del bar de turno donde parar.

Con el permiso correspondiente añadimos nuestras viandas a los bebercios servidos.
Después de unos caminos anchos entramos otra vez en territorio de las sendas, pasando por una zona de amplios toboganes muy divertida, donde la inercia de las bajadas te permiten remontar las cuestas sin esfuerzo.

Nuestro Presi en modo Rally 
De repente tras el pueblo abandonado de Oreja, llamado Aurelia en tiempos del imperio romano, nos encontramos con las ruinas de su castillo, ya en avanzado estado de deterioro. Los apuntes históricos de este castillo lo asocian inicialmente a los musulmanes y Alfonso VI lo recibe como parte de la dote de su esposa Zaida. 

Castillo de Oreja
Este castillo fue una amenaza constante para el reino de Toledo al controlar el vado y permitir su paso a expediciones que avanzaban por la orilla derecha hacia la ciudad, más tarde Mazdalí tomó el castillo y lo convirtió en un punto de ataque contra las tropas castellanas pero fue asediado durante seis meses por Alfonso VII hasta recuperarlo. Fue pasando de unas manos a otras hasta que perdió su utilidad belicosa.

Torre del Castillo
Tras la visita a las ruinas continuamos camino por pequeñas sendas al principio y luego por anchos caminos, pensando ya en la llegada y repletos de energía como podéis ver en la siguiente fotografía.

Creo que las sonrisas nos dificulta engañaros
Entramos en Aranjuez por el depósito del agua y buscamos la valla de los Jardines del Principe, para seguirlos en dirección al Palacio, y nos encontramos con otra pequeña sorpresa: "Una concentración de 600 expuestos en la calle".

Solo se ven unos pocos de todos los que eran
Terminamos el el punto de inicio de la ruta haciendo honor al tercer tiempo como se merece, con la caña de rigor, gracias David por ponernos al día ;)


Hasta la próxima donde saquemos nuestras ruedas a paseo.

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