lunes, 7 de diciembre de 2015

A ver por donde es...

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que salí solo con la bici, pero era complicado encontrar compañeros para sacar las ruedas a paseo un día laboral del puente, ya que los que lo habían cogido era para aprovechar y salir fuera. Uno de los grupos habituales con los que salgo últimamente había subido a  Maliciosa el sábado, y les pedí información con la idea de repetir track pero después de lo que me contaron y teniendo en cuenta que iba solo opté por algo con menos riesgos.

La misma mañana del lunes estaba descargando la recién elegida ruta. Tenía ganas de subir a Bola del  Mundo así que  no me lo pensé dos veces, ya que si dejaba pasar esta oportunidad probablemente ya no podría si llegaban las nieves.

Inicie camino desde el pueblo de Navacerrada. En la plaza se notaba ya el frío por lo que era de prever que hoy tendría un día más que fresco y para colmo me deje la braga del cuello ¡Ufff, menudo error en un día como hoy! 

Para enganchar el track tenía que ascender por unas calles más que inclinadas y en dirección contraria, y antes de cruzar la carretera M-607 tuve que desmontar y cargar con la bici para subir un terraplén, una vez al otro lado otra vez a sacar el móvil para ver la dirección a tomar.

Inicia del camino del Calvario
Continué pedaleando y poco después ya en el cruce de la Fonda Real otra vez a sacar el teléfono para ver la dirección a tomar, ya había pasado por el Calvario, pero no recordaba su trayecto, aquí es donde me acuerdo de lo fácil que se hace las salidas con los compis que ya se tienen trillado todo y se conocen la sierra de pe a pa.

El Calvario antes de lo peor
Ya por el Calvario voy disfrutando de la ascensión suave del principio, aunque poco a poco a tornando el firme a una superficie con más piedras cada vez, más irregular y con tramos con una inclinación muy fuerte donde en alguna que otra tengo que poner el pie en tierra para no perder el equilibrio. 

Poco antes de llegar a Navacerrada me cruzo con el único ciclista que vería en todo el día y ya en el pueblo toca otra vez tirar de teléfono para ver la ruta, que indica que he de ascender durante un kilómetro por la carretera principal del puerto, cruzarla se hace pesado y tardo un rato hasta encontrar el hueco sin coches para poder llegar al otro lado.

Al fin en el inicio de la ascensión tan deseada a la par que tan temida... ¡Bueno, veremos si soy capaz! Al pasar junto al sitio donde se toma el telesilla la cuesta se ve muy inclinada, no se donde estará el punto más inclinado pero voy pedaleando pensando que tal vez no sea capaz, he empezado ahora mismo y ya esta costando horrores, hasta el punto de tener que ir zizageando en más de una ocasión.

Al ganar altura voy notando que para colmo llevo el aire en contra, lo peor que hay que redoblar el esfuerzo, lo mejor que al cambiar de dirección me ayuda, así que es un sabor agridulce el que me deja la fuerte brisa. Llego a una curva despejada donde todo el mundo aprovecha para hacer fotos y hago lo propio.

El sol no se deja ver prácticamente en todo el día y hay nubes bajas y altas por doquier
Poco después veo mi objetivo y estoy contento de estar subiendo, ahora ya más positivo veo factible coronar la cima a pesar de las visibles rampas con una inclinación que parece ir a peor ¡Venga, un poco más, el último esfuerzo! No paro de animarme y cuando quiero darme cuenta estoy a unos pocos metros, me anima la gente que por allí anda, hoy soy el único ciclista al parecer.

Otro reto para la saca
Ahora toca descansar y tomar las fotos de rigor, y cuando quiero pedir que me hagan una foto me doy cuenta de que estoy solo en la cima, aunque no tengo que esperar mucho para que aparezca gente y pedirles que me hagan una foto para el recuerdo ¡Qué me la he ganado!

Menos mal que en la pista no había nada de hielo
Me pongo el corta vientos y los guantes de invierno para el descenso ¡Qué bien que los traje! Inicio el descenso, y el freno delantero se resiente de la temperatura por fricción hasta el punto de transmitir la sensación de que ya no frena igual, en breve estoy a la altura del Ventisquero de la Estrada. 

Ahora si que voy a probar las nuevas ruedas, inicio el descenso por una senda repleta de piedras donde se hace difícil no salir por encima del manillar, cuando me quiero dar cuenta ya he sobrepasado el desvío a la senda de la Tubería, pero aún estoy a tiempo de descender por una zona de piedras donde se deslumbran senderos varios para tomar el camino bueno. Aquí al final tengo que desmontar y bajar a pie durante unos cinco minutos para poder alcanzar el track que sigo.

Punto del camino de la Tubería donde lo engancho
Si te gustan los caminos técnicos en este camino se disfruta de lo lindo, eso sí, hay que prestar mucha atención cuando superas con la rueda trasera la tubería para que no te desplace lateralmente, y las vistas son de espectaculares.

Desde el mirador de la Barranca
En poco tiempo me encuentro en el mirador de la Barranca que está repleto de gente. Aprovecho para quitarme el cortavientos y picar alguna nuez y dátil, que termino acompañando con un kokito que me ofrecen y acepto gustosamente. El grupo me pide que les saque unas fotos, y me dan una reflex y un móvil y después de las fotos y todos, justo cuando se van a ir me parece ver a alguien conocido ¿Será quien parece? Digo su nombre tímidamente la primera vez ¡Miguel! Hay quien se gira en el grupo como asintiendo, yo por la duda añado esta vez el apellido y subo la voz ¡Miguel Díaz! - Se da la vuelta y me reconoce ahora, jajaja, les hice las fotos y ni se enteraron, imagino que mi barba les despisto, también estaba Eva, que bueno, mi compañero del cole con el ido coincidiendo en distintos momentos de mi vida, que alegría verlos, Eva regresó con el grupo para no quedarse atrás, Miguel se queda un rato y mantenemos una agradable charla donde nos contamos como nos ha ido. Es una persona excepcional a la que siempre he apreciado un montón. Nos despedimos retomando cada uno la dirección de nuestro camino.

Senda Órtiz
Pista abajo veo que realmente no sobra la ropa que me quité en el mirador, así que paro para volver a ponérmela y mirando el teléfono ya de paso, veo que me acabo de pasar el desvío de la Senda Órtiz, que la tengo diez metros más arriba, regreso para tomarlo y comienzo a disfrutar de la bajada.

Al poco salgo a la pista y me encuentro otra vez con Miguel que baja corriendo con la gente de su Club y con Eva, continuo hasta alcanzar la senda Alakan que me lleva directo hacia el embalse del Ejercito del Aire.

Embalse del Ejercito del Aire
Ahora busco el camino que me llevará directo al pueblo, en el que me voy sumergiendo entre sus calles para dar con la plaza del pueblo y llegar al coche.

Camino de los Almorchones
Ahora estiro un poco después de meter la bici en el coche. No me siento cansado y estoy encantado de haber superado otra vez más el reto pendiente.

Ahora toca recogerse y ver si el tiempo nos permitirá disfrutar pronto de nuestras bicis para poder sacar las ruedas a paseo.

Track de la ruta.

Hasta la próxima.