sábado, 7 de noviembre de 2015

Pueblos negros - Madrid y Guadalajara

Eran poco más de las once de la mañana cuando recibí un Whatsapp de José Pablo. Me preguntaba por una de las propuestas largas que había lanzado hace poco y que cayó en saco roto:

"Apañero, como tienes el sábado 7 para hacer una chunga de las tuyas??"

A partir de ahí fue cuestión de intercambiar unos cuantos mensajes de aquí para allí y poner en marcha la salida.

Con José Pablo vendrían José (Big Joe) y Chema, así que con cuatro fijos sería más fácil de tratar de reclutar gente en el grupo Vizi-gentuza. Al final se animó Alberto y Sete, y por otro lado Jorge que quería hacer un track más corto por la zona y coincidiríamos durante unos cuantos Kilómetros.

Desde el principio sabíamos que la ruta era muy larga y las horas de luz escasas. Estaba claro que teníamos que madrugar, y mucho, porque como decía José Pablo: esto no es Islandia, y disponíamos de media hora menos de luz que el tiempo empleado por los que hicieron el track que íbamos a seguir, así que partiendo de esa base mi recomendación fue no olvidar el Faro, aunque hubo quien se lo tomo a guasa.

La comitiva inicial.
Quedamos a las ocho de la mañana en la plaza de Valdepeñas de la Sierra, no quedaba más remedio que exprimir las horas de luz. Poco después de las tres de la mañana estaba despierto en la cama sin poder dejar de pensar en la que me esperaba al día siguiente ¡Menuda nochecita!

De camino al punto de encuentro entra un Whatsapp, como intuyo que está relacionado con alguien de los de la salida paro poco más adelante en Torrelaguna para leerlo. Efectivamente, era Alberto comentando que se había dormido y estaba fastidiado por perderse una ruta que el también tenía marcada en la lista de pendientes.

Llegué a la plaza el primero con diez minutos de sobra que aprovecho para ir sacando la bici y montándola, poco después llegaría Sete y procede al mismo ritual y justo al terminar de prepararnos da un toque José Pablo diciendo que están a diez minutos, que aprovechamos para tomar un café, lo malo es que al final los diez minutos se convierten en alguno más, se habían pasado el cruce y tiene que volver para atrás, al llegar me comenta José Pablo que Chema pasó mala noche y ha preferido no venir. Al final salimos justo con una hora de retraso.

Iniciamos la ruta con una temperatura ideal, vamos por carretera hacia Alpedrete de la Sierra descendiendo hasta el río para al otro lado recuperar la altura perdida, cruzamos el pueblo y tomamos un camino que sale por el otro lado, hacia la izquierda... Comienza el reto.

Primeros tramos de pista tras el asfalto inicial
Pronto nos vamos sumergiendo en el otoño, en especial al adentrarnos ya entre las arboledas de hoja caduca con toda la gama de ocres tapizando los laterales del camino.

Como siempre detrás de José Pablo
Hemos ido ganando algo de altura, aunque de modo muy suave y constantemente, de vez en cuando toca alguna que otra bajada también suave. En las curvas con claros disfrutamos de las vistas.

Sorteando la Loma de la Almohadilla
Al poco tiempo estamos circulando por una pista ancha que nos conducirá directamente al pueblo del Atazar donde nos espera Jorge.

El día luce a tope
Nos encontramos ya con Jorge tras la última rampa antes de llegar a un lateral de la iglesia donde nos espera. Está forrado de ropa, y acepta el consejo de los que venimos dándole al pedal, sabemos que en breve le sobraría todo, el día no puede ser mejor.

Unos en sombra y otros a plena luz ¡Así no hay quien saque una foto en condiciones!
Iniciamos la marcha y tomamos la pista que inicialmente va paralela a la carretera, estamos descendiendo, pero todos sabemos que de inmediato comienza el primer gran desnivel del día, no obstante la superficie del camino es benevolente y nos permite ascender sin gran dificultad.

A pesar de la altura del año a la que andamos la sombra es de agradecer en las ascensiones
En el transcurso de la subida pasamos por un tramo de un kilómetro de la carretera de va de Robledillo de la Jara a Puebla de la Sierra, al poco tiempo el camino pierde su inclinación, un pequeño descanso antes de acometer la última parte de la cuesta.

Al final de las bajadas es cuando hago la foto de frente a los demás
Si bien seguimos circulando por pista, el firme empeora por momentos, el desnivel aumenta a la par y el cansancio acumulado se va dejando notar.

El paisaje no deja de sorprendernos
Cada uno a nuestro ritmo continuamos ascendiendo, y nos vamos agrupando según la preparación de cada uno, aunque sin mucha distancia en los puntos claves los primeros van esperando.

El olor que desprende el láudano de la jara se aprecia con el calor en  aumento 
Llegamos a una gran fuente donde José se queja de problemas con el cambio en la subida, le da un baño a la bicicleta bajo el fuerte chorro del caño, el desviador se limpia y queda liberado para cambiar perfectamente, menos mal, problema solucionado.

Fuente de camino a Peña Cuervo
Durante la parada en la fuente me parece ver en el mapa que de inmediato llegamos a la cima, pero nada más lejos de la realidad, justo en este punto tenemos que superar unas cuestas con muchos grados de inclinación, un suelo lleno de piedras que no facilita la tarea y después de la parada se convierte en un esfuerzo de los buenos.

Por fin conseguimos enfilar hacia Peña Cuervo, Javi se nos queda algo atrás y aflojo para darle compañía, ya estamos ahí, casi al final del primer gran desnivel, en los últimos metros veo ya al resto de la comitiva bajando de la bici, están en el punto más alto de la ruta.

Hora de comer
Hay que reponer combustible y hacemos una parada para descansar y comer algo. Esta vez puse en la mochila algo más ligero que las anteriores veces, a modo de sándwich, algún plátano y unos pocos frutos secos. 

Aprovechamos para hacer las fotos de rigor, el alto invita a la panorámica, así que procedo según corresponde. El día es impresionante.

Despejado al completo
Ahora descendemos con ánimos y piernas renovadas, al poco alcanzamos la M-130, José comenta que le suena el núcleo, y parece que podría complicarse la avería, no obstante descendemos por el asfalto hasta alcanzar el punto donde hay retomar pista, y la cosa ha ido a peor, suena bastante y por miedo a que pueda convertirse en una avería gorda en medio de la nada decide abandonarnos en ese punto y seguir carretera abajo hasta el primer pueblo, donde quedaría a la espera de que le recogiese José Pablo.

En Collado Salinero los números de GR de los carteles no corresponden con los del mapa
Continuamos avanzando pero Jorge descubre su rueda pinchada, la válvula estaba rajada, solucionamos el problema con otra cámara e iniciamos la marcha, pero vuelve a perder aire, y luego otra vez más, por lo que dadas las horas y el tiempo que quedaba ambos deciden bajarse, además José Pablo había quedado con José en que iría a buscarle. 

Primero de los pinchazos
A todo esto Sete había tirado y salgo en su caza para contarle y continuar, supongo que estará en lo alto del collado, pero cuando llego no hay ni rastro de él, así que continuo puerto abajo pero inmediatamente el teléfono me canta diciendo que me estoy saliendo del track. Menudo lío ¿Cuanto habrá bajado Sete ya? Desactivo el modo avión y hay cobertura, pruebo suerte y consigo contactar con él, así que le explico que se ha pasado, que había una pista secundaria y que ha de regresar.

La pista de la izquierda cortada con una barrera es la nuestra
No tarda en llegar, le cuento la situación y le indico el camino que tenemos que tomar. Acostumbrados a pistas de primera era difícil a priori pensar que el camino continuará por ahí, está invadido por la vegetación, pero se puede circular perfectamente por cualquiera de los dos carriles que quedan. 

Cañada Real del Collado de las Palomas
En poco tiempo estamos sobre el Camino de los Arrieros, una pista forestal de primera y engalanada de otoño, imprimimos velocidad en descenso suave y alcanzamos sin dificultad el Collado de las Palomas, justo después perdemos desnivel más rápidamente, tan rápidamente que nos saltamos la aldea de La Vereda, punto donde hubiésemos querido pillar agua pues ya andábamos escasos y distribuyendo las últimas existencias.

Camino de los Arrieros
La circunstancia de habernos saltado este pueblo creo que será la escusa idónea para regresar por estos lares, y visitar sus calles ya pobladas desde la época preromana, pasando por ella Visigodos, Bereberes y cristianos tras la reconquista para Castilla de Alfonso VI. Representa el máximo exponente de la arquitectura negra de Guadalajara. 

La Vereda perteneció al ayuntamiento del Vado hasta que las aguas del embalse lo inundaron, pasando a tener ayuntamiento propio hasta su despoblación en 1970 debida principalmente a la incomunicación, posteriormente ICONA quiso derrumbar las casas y reforestar la zona, pero en 1976 un grupo de arquitectos de Guadalajara y Madrid evitaron el derrumbe y decidieron crear una asociación cultural entorno al pueblo para mantener su legado arquitectónico.

Segunda pendiente desafío de la ruta
Al otro lado del Arroyo de la Vallosera comenzamos con la segunda pendiente prolongada de la ruta, Sete una vez más toma la ventaja que su entrenamiento le da y empieza a ganar distancia. Yo aplico mi habitual marcha lenta pero sin descanso sobre un terreno lleno de piedras y con unas curvas donde cada pedalada despega la rueda delantera del suelo.

El sol bajo torna la paleta de colores, la luz nos cambia el paisaje.
Superamos el Collado de Hontanar y poco después iniciamos un descenso de vértigo donde las cerradas zetas continuas y repletas de piedras no te permiten coger demasiada velocidad, pensando en que inmediatamente tendrás que aplicar freno a tope sobre un terreno que no ayuda en absoluto.

Después de 70 kilómetros habíamos superado los dos grandes desniveles de la ruta, aparentemente lo difícil estaba realizado, pero estos últimos metros de constantes pequeñas bajadas y subidas terminan con uno.

Aprovechamos las últimas luces del día para buscar en la mochila los focos e instalarlos en las bicis, después continuamos la marcha sin usarlos aún, ya que queremos reservar baterías, pero no pasa mucho tiempo hasta que tenemos que encenderlos.

Y la noche se hizo
Ahora rodamos con noche cerrada y la temperatura es buena. Estoy contento con la compra del foco, ha sido un dinero bien invertido, y la luz proyectada es más que suficiente para permitirnos rodar con velocidad sobre unas pistas de buen firme que nos conduce hasta Valdepeñas de la Sierra ¡¡Objetivo cumplido!! 

Han sido 92 kilómetros con más de 2.200 metros de desnivel. Y como no podía ser de otro modo tras meter las bicis en el coche y estirar algo lo celebramos con la tradicional cerveza de final de ruta.

Gracias José Pablo, fuiste el valiente que acepto el desafío y gracias al resto de integrantes, tanto a los que no pudisteis completarla por diversas razones como a Sete que rodó a mi lado (más delante que a mi lado, jeje) hasta completar la ruta. Tendremos que repetir macro-ruta y como algunos ya sabéis tengo una muy bonita en el tintero donde es probable que tengamos que llevar los focos para superar la barrera de los 100 km.

Con el permiso Grioco pongo aquí el track que seguimos y no pudimos grabar.

Un saludo y hasta la próxima donde saquemos nuestras ruedas a paseo.

7 comentarios:

  1. Sabía yo que si quería sudar bien en la bici y llegar con dolor de piernas a casa solo tenía que llamar a Michel, jaja.

    Me hubiera gustado hacer la ruta completa pero las circunstancias no lo aconsejaban, aun así hice una buena kilometrada y una subida de infarto a Peña Cuervo. El atajo que tomé con Jorge hasta el Atazar también es digno de ver y de pedalear, aunque el desnivel ya no era tan duro, pero el cansancio ya se hacía notar.

    Sin duda le echasteis valor para terminar la ruta con el cuestón que quedaba por subir. Enhorabuena!!
    Las fotos son estupendas

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    1. Gracias José Pablo. Me hubiera gustado terminar todos juntos. Una pena que las circunstancias dispusieran otros planes.

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  2. ¡Qué pasada de ruta, Michel!

    A pesar de la avería, no guardo más que buenos recuerdos de ella. Tengo la espinita de no haberla terminado clavada (y creo que JP también), así que cuando las horas de luz nos dejen me gustaría volver por esos lares.

    Un placer salir con todos vosotros. Enhorabuena por el post y gracias por compartir con nosotros esas fotazas.

    ¡Hasta pronto!

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    1. ¿Horas de luz? ¿Tu no tenías foco? Jejeje, tal vez sea lo sensato.

      Habrá que hacer por coincidir más José.

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    2. Hola, Michel.
      ¡Por fin he sacado tiempo para recuperar los vídeos y currarme un montaje!
      Te dejo el link para que le eches un ojo: https://www.youtube.com/watch?v=kzrbM97RScA
      Espero que te guste. La ruta la tengo grabada en la retina todavía :-)
      Chaoooooo

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  3. Permiso concedido a disfrutarla todo el mundo y mención a Stanlinav quien es precursor en esta ruta...Grioco

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    1. Encantado Grioco de verte por aquí, gracias a ambos.

      A ver si coincidimos por ahí con la bici, que ya vi que tenemos conocidos en común.

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